El actual mundo globalizado, y diferenciado con sus marcados contrastes socio económicos regionales, que impactan a su vez en un pobre perfil educacional , especialmente en el segmento representado por países calificados con niveles de desarrollo de mediano bajo. Obliga al replanteamiento general de la estrategia educativa global; ya que dominan las carencias e insuficiencias sobre el éxito y logros que países de excepción como Filandia y Singapur, nos presentan en las estadísticas, pero que dado su bajo numero y tipo de contextos en que se desenvuelven, no pueden ser modelos representativos, en modo alguno, de la realidad educativa global.

Se precisa de una intervencion educativa emergente que promueva el cambio en los enfoques y modelos educativos del mundo; que suponen un proceso que facilita el transitar lógico y ordenado del paradigma de la enseñanza al paradigma del aprendizaje. Esa transformación de la práctica educativa y los distintos estilos de aprendizaje de los alumnos, en un tipo de educación como el actual, basado en competencias lo que aunado al imperativo de esa variable compleja y multifactorial denominada calidad educativa, siempre idealizada, pero desafortunadamente solo alcanzada hasta ciertos límites acotados por una realidad dominada por dimensiones contextualizadas, que dificultan el exitoso accionar educativo; irremediablemente nos conducen a la búsqueda de soluciones dirigidas a mejorar la manera y los espacios en el que los jóvenes de la actualidad aprenden.

Asi el cambio de paradigma del sistema educativo por el cual el estudiante adquiere el rol de protagonista de sus aprendizajes, ha replanteado los enfoques educativos, y la práctica docente, en un sentido tal; que el hecho anterior modifica por necesidad, el concepto de la organización estructural y funcional de los entornos relacionados con la pedagogía y didáctica de la educación.

Desde tal perspectiva, el interventor educativo debe contar con el bagaje conceptual y práctico, apoyándose en herramientas eficaces y aplicables, , para configurar sus escenarios educativos o ambientes de aprendizaje que hagan posible la adquisición de competencias, a lo largo de todo el el trayecto formativo, de los estudiantes.

Los ambientes educativos que tienen una buena aproximación en los denominados “laboratorios para la gestión del aprendizaje” representan una de las alternativas mas viables, para hacer frente a los desafíos educativos de cara al presente siglo. Cabe la mención de que no existe propiamente una “receta” que nos indique el como deben ser diseñados los ambientes de aprendizaje; sin embargo, el talento, la creatividad, la generación de ideas renovadas que motiven a induzcan favorablemente a los estudiantes y docentes a buscar la mejora continua; ello aunado a un permanente afán transformador son algunos componentes fundamentales de la fórmula indicada para construir esos espacios, que como traje a la medida, se adecuen a las necesidades y expectativas de los alumnos, convirtiéndose en cierta medida en fortalezas de confort, que les brinden comodidad y seguridad al momento de aprender.

Entre las muchas definiciones sobre lo que representan los espacios educativos, presento una cita textual de Duarte J. que concibe el entorno de aprendizaje como una construcción diaria, reflexión cotidiana, singularidad permanente que asegura la diversidad y con ella la riqueza de la vida en relación, es un sujeto que actúa con el ser humano y lo transforma. Es un espacio y un tiempo en movimiento, donde los participantes desarrollan capacidades, competencias, habilidades y valores “.

Los Ambientes de Aprendizaje deben diseñarse para una situación educativa concreta y con una intencionalidad muy específica, partiendo de fundamentos pedagógicos y didácticos implicados dentro del proceso y del contexto donde se pretende educar. Por ello son de la mayor trascendencia, la acción o hecho educativo que se desea alcanzar, los roles de los sujetos implicados en el aprendizaje, donde además trascienden predominantemente variables como: el tiempo requerido, las competencias y desempeños que se han de promover, los materiales y las técnicas de aprendizaje y especialmente la adecuada elección de las estrategias pedagógicas y didácticas orientadas a la concepción, diseño y construcción de los entornos y espacios educativos donde se esperan ocurran los aprendizajes.

Por lo anterior se propone un tipo de ambiente centrado en quien aprende, no en el conocimiento puro, no en la evaluación, si en el desarrollo de las habilidades del pensamiento, no solo en el tipo de pensamiento lineal, sino con mayor impulso al pensamiento colateral, al pensamiento alternativo, libre creativo y con mayor énfasis constructivo.

Se sugiere planificar, diseñar y construir dichos ambientes, tomando en consideración variables tales como: el contexto, la asignatura impartida, los requerimientos del docente como resultado de la planeación y de las secuencias didácticas, aprendizajes esperados, etc; lo que a su vez se vincula con el método de aprendizaje elegido, los distintos estilos de aprendizaje del alumnado, los espacios y recursos tecnológicos disponibles, los ingredientes creativos y de innovación que se pretenden incorporar como son: los tipos de inducción, retroalimentación y técnicas de motivación, la conveniencia de promover el trabajo colaborativo, apoyado en muchas ocasiones con técnicas lúdicas y/o con proyectos que privilegien el ser sobre el hacer, que promuevan el aprendizaje significativo, y un marco selectivo de competencias de aplicación concreta para su vida personal, social comunitaria, laboral y profesional.

Es importante que esos ambientes ayuden a cimentar y reforzar además de los aprendizajes, actitudes, aptitudes y valores consistentes.

En suma, el propósito central de construir este tipo de ambientes es el de a la realidad de las aulas a incorporar en el dia a dia, el paradigma del aprendizaje, a fin de que apliquen sus mejores ideas y estrategias en ambientes (presenciales y virtuales), a la vez que posibiliten y estimulen a los jóvenes a generar y movilizar saberes, desarrollar competencias que se traduzcan en logros y desempeños tangibles y útiles para su ser y quehacer cotidiano.

Con frecuencia nos sucede a muchos docentes, que una vez que observamos el ambiente de aprendizaje y analizamos su influencia en la conducta de los estudiantes, nos damos cuenta de que hay otros objetivos educativos que sería importante alcanzar y que no estamos trabajando. Por el contrario, puede suceder que al observar el ambiente nos demos cuenta de que estamos concediendo demasiada importancia a la consecución de determinados objetivos, que analizados en profundidad tal vez resulten no ser los más importantes para nuestro proyecto educativo. Por ejemplo, en ocasiones el ambiente de aprendizaje, la organización del espacio, los materiales, el tiempo, todo está diseñado en función de la consecución de unos determinados objetivos de marcado énfasis académico: fundamentalmente la adquisición de la lectura, la escritura y el cálculo. Y no es que eso no sea importante, pero hay otros objetivos que lo son tanto, e incluso más, que aprender a leer y escribir, como por ejemplo la alfabetización en otros lenguajes como el de la imagen, la pintura, la danza, la música, la escultura y la dramatización. Cuando entramos en un aula encontramos casi con total seguridad, folios, lápices, dibujos y láminas con letras y números, pero lo que tal vez es menos probable que encontremos, al menos en todas las escuelas, es pinturas y pinceles, barro, instrumentos musicales, maquillajes y disfraces, una cámara de fotos o vídeo, una computadora, etc. Eso es justamente lo que debemos intentar cambiar, buscando un mayor equilibrio en los objetivos que perseguimos y, por lo tanto, en los materiales que ponemos al alcance de los alumnos.

 

You need to be a member of Actionable Innovations Global to add comments!

Join Actionable Innovations Global

Votes: 0
Email me when people reply –